Cuánta razón tiene el obispo de Toluca, Francisco Javier Chavolla, cuando asegura que en la clase política del Edomex priva la inmadurez (díganselo al babysaurio Peña Nieto), la manipulación (que no oyes que te hablan, Peña Nieto) y las falsas promesas (o que la chingada, ¡que no te hagas güey!).
Pero pedirle a un chiquillo con piel de Tiranosaurio que se conduzca con madurez, integridad y congruencia es como pedirle al diablo que vaya a misa... Señor obispo, un poco más de realismo, por favor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario