miércoles, 27 de mayo de 2009

La limpieza empieza por casa

Desde mi infancia he oído que en cada elección, los PRI-nosaurios juran y perjuran combatir la corrupción. Y desde mi infancia, la corrupción sigue siendo un flagelo que nomás no desaparece, amparada en el poder de los dinos y su ambición desmedida.

En el Estado de México, la candidata del PRI-nosaurismo a la presidencia municipal de Naucalpan, Azucena Olivares, se comprometió a que en su gobierno no habría tolerancia hacia los funcionarios corruptos. Loable compromiso, pero el problema trasciende su posible gobierno. El problema arranca desde las raíces mismas de su partido y abarca todos los niveles, desde los dirigentes nacionales, los ex presidentes de la República (Salinas, por citar uno de muchos ejemplos) hasta el edil del municipio más modesto que se pueda uno imaginar. Por tanto, si Olivares realmente pretende atajar la corrupción, lo mejor sería que comenzara por su propia casa antes de limpiar casas ajenas.

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