Yo tengo puestas mis esperanzas en la genética. Científicos de la Universidad de Bonn, Alemania, han descubierto el gen que ayuda a desatar los estallidos de ira. A mi parecer, el siguiente paso de las investigaciones genéticas debería ser averiguar cuál es el gen que provoca los estallidos de corrupción.
Una vez descubierto el gen bribón, los esfuerzos tendrían que encaminarse a diseñar un remedio contra el responsable de tantas calamidades y sinsabores. Cuando lo consigan, me ofrezco voluntario para llevar a los afectados (que en México son legión) a terapia… aunque sea a rastras (ya me imagino a los saurios aferrados con pies, garras y colmillos a sus curules y prerrogativas económicas).
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