La cosa es de risa loca: los políticos lanzan gritos al cielo cuando se habla sobre sus nexos con el crimen organizado. Pero las incómodas revelaciones no dejan de surgir. El último secretito corrió a cargo del Partido Verde (el mismo que en cada elección se prostituye al mejor postor).
Resulta que su candidato a diputado federal, Daniel Cedeño Hernández, renunció para no “perjudicar” al partido: es hermano del ideólogo del cartel La Familia (¡No mames que los narcos tienen ideólogos!).
Dicen que es un buen muchacho y que nada tiene que ver con su hermano. Pero, ¿alguien realmente cree que este chico verde nada sabía sobre su narcohermano, sus relaciones inconfesables, su riqueza inexplicable? Vamos, que el cabrón vive en la misma comunidad que su carnal y lo pescaron en un narcobautizo en el que también agarraron a más de 40 compinches de su brother. Digo, hay que ser muy pendejo para sentarse a la mesa con Alí Baba y los 40 ladrones y no darse cuenta de nada. Pendejez o podredumbre, he ahí el dilema.
Resulta que su candidato a diputado federal, Daniel Cedeño Hernández, renunció para no “perjudicar” al partido: es hermano del ideólogo del cartel La Familia (¡No mames que los narcos tienen ideólogos!).
Dicen que es un buen muchacho y que nada tiene que ver con su hermano. Pero, ¿alguien realmente cree que este chico verde nada sabía sobre su narcohermano, sus relaciones inconfesables, su riqueza inexplicable? Vamos, que el cabrón vive en la misma comunidad que su carnal y lo pescaron en un narcobautizo en el que también agarraron a más de 40 compinches de su brother. Digo, hay que ser muy pendejo para sentarse a la mesa con Alí Baba y los 40 ladrones y no darse cuenta de nada. Pendejez o podredumbre, he ahí el dilema.
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