viernes, 24 de abril de 2009

Los partidos chiquitos o los partidos de los chiquitos


Desafortunadamente los partidos chiquitos siguen funcionando con la misma lógica con que fueron creados por el PRI y sus alianzas electorales con el PRI.
En el caso concreto del PVEM (Partido Verde Ecologista de México) --que ni es partido sino franquicia familiar, y ni es verde, ni ecologista, ni trabaja por México--, una vez más muestra su absoluto cinismo político para ganar votos a través de dar su respaldo en el Congreso y en sus campañas electorales a la aplicación de la pena de muerte contra secuestradores.

¿Cómo es posible que un partido que se dice “ecologista” esté a favor de la pena de muerte y todo por así convenir a sus intereses electoreros inmediatos del 5 de julio? En el colmo de la estulticia y del amarillismo hasta anuncian que la aplicación del castigo sea mediante silla eléctrica, inyección letal o cámara de gas… Las estadísticas en países de los cinco continentes demuestran que la pena de muerte no disminuye índices delictivos y que éstos en realidad bajan cuando hay mejores condiciones socio-económicas, mayores grados de educación y empleo productivo.

El crimen organizado sólo puede ser combatido y derrotado por la acción conjunta de sociedad y gobierno, y no por medidas inviables y electoreras que partiditos como el PVEM plantean para granjearse los votos de ciudadanos hartos de las fechorías de delincuentes comunes y de narcotraficantes… Urge que el PVEM deje de ser un negocio familiar millonario y mercenario que, capitaneado por “El Niño Verde” y su papi, sólo ha servido para enriquecerlos con millones y millones de pesos a lo largo de ya muchos, muchos años.

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